Vistas de página en total

sábado, 29 de diciembre de 2012

Primer 30 de diciembre con mis muertos.



«Escribo para intentar explicarme lo que no entiendo.»
Miguel Ángel Muñoz

Jamás se me ha aparecido la Virgen, ni he tenido llagas de repente, ni he visto llorar sangre, pero lo que sí me sucede habitualmente es que me hablan mis muertos más queridos. No oigo su voz, pero los escucho en mi interior, me hablan pausadamente, son mensajes cortos -menos, incluso, de 140 caracteres-, claros, concretos y concisos. Mantenemos, a veces, breves conversaciones. Estos últimos días se me reveló mi madre varias veces. Casualmente ahora está aquí, leyendo lo que voy escribiendo, no dice nada, está atenta, mueve sus cristalinos ojos azules a la vez que voy añadiendo «hormigas» (caracteres). Cuando paro de teclear, para comprobar lo escrito, siento como sonríe y me dice: —¡Venga sigue, que me tienes en ascuas! Yo voy y me paro, y sin abrir la boca le digo que me apetece un cigarro.
—¿Acaso no has fumado bastante hoy? Su tono ha cambiado, se ha puesto seria, yo también. Me toco los labios con el pulgar, pienso unos segundos y le contesto: —Pues no… ¡¡¡«Only one»!!! 
(Rogándole). —Hoy es día 30 de diciembre del 2012 desde hace dos horas y media, y tu sabes que ha sido una sola vez. Vuelve a sonreír!!! —Qué «fulero» eres, non sei a quen te pareces? ¿A quén vai ser? A teu pai!!! -respondiéndose ella misma.
Yo ahora también me río y no me corto y le contesto, y eso a sabiendas que odia que le «conteste»: —Pues yo creo que me parezco más a ti, tú eres aún más pícara que yo. Bueno, ¿nos hacemos ese cigarro o qué? —Veña, sempre o foches e seguirás sendo un antoxadizo. ¿Acórdaste…? «Mina tero cereixas!!! Mina tero totós!!! Mina quero augardente!!!…» —Sí, vale, pero también le consultaba, le pedía su opinión: «¡Mina! ¿Levo a paxara ou non levo a paxara?»
Mi tía Herminia no sólo me habla sino que además desde que se fue allá por el 85 no me ha dejado apenas un momento, me ha cuidado y protegido toda mi vida; todavía de vez en cuando se mete en mis sueños y me cuenta un fantástico cuento de ladrones que nunca se acaba.

—¿He oído mi nombre? —¡Vaya, la que faltaba! Se lo dije cariñosamente, no creáis. —Pues yo no!!! ¡Estoy harta de tenerte siempre encima! Suelta mi madre con ¡una sorna!, y ah!!!, ahora que lo pienso, lo de estar siempre encima lo dice literal porque Herminia está en el último nicho, el tercero y mi madre en el bajo. —¡¡¡Qué estás cuchicheando??? Me dicen las dos a la vez y en esto que se escucha a mi padre malhumorado: —Estas no son horas… Shit! ¡¡¡Cona que o pariu a quen se lle ocurríu meterme no nicho do medio!!!
No recordaba que mi padre fuera tan mal hablado, pero sí que cuando él dormía quería que todos estuviéramos también durmiendo. Así que me voy a hacer un cigarro, como cuando lío un cigarrillo me concentro únicamente en lo que estoy haciendo pues pierdo sintonía y ya no sé si la volveré a coger, pero lo que sí sé es que pienso escribir lo que necesitaba explicarme. Ahora vuelvo!!!

Ya estoy aquí, entre humo verde, thinking in green… —¡Xa era hora! ¡Mira qué eres lento…! 
Mi madre siempre me ha vendido muy mal. Recuerdo cuando venía mi tía Oliva, su hermana más joven, y le decía que me llevara al pueblo pero que no me devolviera más porque «non pode ser mais trasto do que é». Rápidamente saltó Herminia con un acento cubano residual, que me sobresaltó, adquirido en sus años de juventud en La Habana: —No es lento, es meticuloso… Mi madre la interrumpió: —Lleva el mismo camino que el tío Pepe, se morirá de cáncer de pulmón de tanta fumeta. —¿Quién me nombra? —¡¡¡Oh, Pepe, cuánto tiempo!!! Dije conmocionado; mi tío Pepe que descansa junto a dos de sus hermanas Herminia y Manuela… —¡Oh, meu Miguel! Sé que te acuerdas mucho de mí. Ya ves aquí estamos todos juntos… Ah, antes de que me olvide tengo que darte las gracias por haber puesto mi nombre en la placa. Siempre supe que me querías a pesar de no querer nunca dormir conmigo… —¡Manuela! —Siempre te gustó la noche, viniste una noche, casi de madrugada a despedirte de mí a aquella maldita residencia de la Xunta, no sé cómo te dejaron entrar a esas horas, debían de saber que me quedaban horas. Me contaste lo mal que estabas, lloraste al verme tan débil, con tan poca vida ya, me acariciabas la cabeza sorprendido de mi poco pelo y tan corto… ¿Echabas de menos mi moño y sus horquillas? —¡Ya está bien, hoy es mi día! Hoy hace un año que resbalé es aquella jodida rampa, jamás pensé que me moriría de frío, jamás pensé que nadie me oiría pedir auxilio… Rápidamente le cortó mi padre: 
—Segunda, ahora ya sabes que hay que tener cuidado con lo que se pide, ya ves que puede cumplirse. —Xa, querido, pero eu cando decía que me gustaría morrerme nun accidente pensaba nun golpe que me deixara no sitio e non darme un bon trastazo e non poderme apañar pra salir da fodida obra. —Po lo menos dormicheste e non te enteraches de nada pero eu morría en vida cando non te encontrábamos. Estabas tola, tan presumida que non podías pasar sin pintarte os morros… —Estaba de pasarme, se non fora pola barra de labios sería por outra cousa. —Pero se tuveras cabeza non habrías ido sola, como una raposa. —Venga Segundo, no te enfades, que no estuvimos tantos días separados. —No te jode, haber venido a por mí tan rápido… —No te iba a dejar en esa residencia llena de lagartas. —As únicas lagartas eran as fillas de puta das monxas, que me quitaron o anillo e o reló que me regalou o Derick. —¡No me digas! ¿Y pretendéis hacerme una misa en unas horas? Me está hablando a mí… ¿Qué le digo…? —¿Qué te digo? Yo tampoco estoy de acuerdo, no es que odie a la iglesia, ni a los curas, pero simplemente no me interesan. Te podría decir que la idea no fue mía, pero tampoco expuse mi negativa. Sé que una misa no es lo mejor que te podemos ofrecer, ni lo que más te gusta, pero si al menos eso sirve para que nos reunamos tus allegados pues lo acepto, lo malo es que no todos pensamos lo mismo y hay varias deserciones, ya las verás o a lo mejor ya las sabes.
Bueno yo lo celebraré recordando anécdotas… He arreglado la casa, he puesto flores, aquí, no en el nicho, yo como tú: «las flores en vida». Bueno, ¿qué te parece? Cuesta y me cuesta decirte que si te pierdo me perderé, pero no te perderé, te cuidaré dentro de mí. Ahora no digas nada porque voy a hacerme otro cigarro. Shiiiii… ¡¡¡Qué te conozco!!!

(c) Miguel Je 2012

viernes, 28 de diciembre de 2012

¡EXTERNALICEMOS AL GOBIERNO YA!


«Rajoy es la peor herencia que nos ha dejado Zapatero»

Vamos a ver, he estado pensando unos minutos en la reciente aprobación de la privatización de la gestión de muchos de los hospitales públicos de la Comunidad de Madrid (ellos prefieren llamarle a esto: «externalización» de la gestión) y no me cuadra.
Si los ciudadanos elegimos mediante el ejercicio del voto a un presidente, de la nación o de una comunidad autónoma, lo hacemos para que gobiernen al menos ajustándose lo más posible al programa electoral por el que fueron elegidos. Esto lo esperamos pienso que todos. Hace un año ya que el elegido fue el Rajoy y su PP, y éste después de pensárselo mucho eligió a una serie de personas, que al menos él consideró ejemplares para estar al frente de los respectivos ministerios. Pues bien, cuando éstos dicen que van a externalizar (privatizar) algo o alguna gestión, hasta ahora pública, con la excusa de que en manos privadas hay mayor eficiencia están reconociendo sus incapacidad para gobernar, puesto que ellos con esta acción están demostrando su personal ineficacia al confiar más en personas no elegidas democráticamente que en ellos para que, por ejemplo, gestionar la sanidad, la educación o la estupenda red de Paradores. O sea que están mostrándonos que ellos no son tan buenos como los otros que ellos eligen. Si así es, ¿qué hacen ellos en su cargo? ¿Y qué hacemos nosotros permitiendo que sigan calentando su sillón cobrando un sustancioso sueldo, que pagamos nosotros, cuando no nos sirven para nada? Ya que hay personas o empresas realmente preparadas para hacer su trabajo (el de los gobernantes) maravillosamente por qué no elegimos entre éstas y pasamos de elegir políticos que saben de muy poco, muchos ni Inglés, para gestionar los diferentes ministerios. Y ya puestos los presidentes también podrían ser elegidos de la misma manera. Así nos aseguraríamos de que elegíamos entre los mejores, y como serían nuestros empleados, por tener un contrato con los ciudadanos, si no fueran lo eficientes que deseáramos podríamos rescindir el contrato y probar con otra empresa.
Si yo no soy capaz de gestionar eficientemente y reconozco que hay otros que lo pueden hacer mejor es indecente que yo siga en mi puesto para que mi trabajo lo hagan otros. Debería dimitir inmediatamente, ¿no? Me parece pura y simple lógica; lo entendería hasta un niño de primaria.
Así que a buscar mejor excusa, por lo menos un poco inteligente. De la misma manera no tiene sentido que este gobierno repita hasta la extenuación que hacen lo que hacen por culpa de la herencia recibida. Si se han encontrado una situación que no esperaban, y que les desborda por qué se empeñan en seguir ahí justificando una medida tras otra, cada vez más inverosímil, y qué Rajoy, dice que no le gusta, que nunca la haría pero que no le queda más remedio que imponerla. ¡Venga ya! Reconoce que tú y los tuyos no sabéis cómo salir adelante y dimitir de una vez.
Todo esto ocurre, pienso yo, porque cualquiera puede ser político, sin ninguna formación específica que le faculte para ello. Tenemos lo que permitimos, por tanto no menos de lo que nos merecemos.

Durante todo un año no hemos hecho nada más que someternos, hemos perdido muchos derechos adquiridos a base de mucho esfuerzo y tiempo de nuestros predecesores. Actualmente estamos ya demasiado esclavizados, demasiado atados y sometidos a un gobierno retrógrado implacable. Cada día que pasa lo estamos más y más. A día de hoy la mayoría de los ciudadanos sin empleo aceptaría cualquier tipo de trabajo en las más pésimas condiciones, a la vez que un trabajador acepta cualquier abuso del empresario de turno con tal de mantener su puesto de trabajo.

Ante esta complicada situación en la que estamos los españoles ¿qué podemos hacer? Creo que hay dos posturas: o seguir pataleando pero sometidos o plantarse todos y no mover ni un dedo, todos en sus casas acogiendo y solidarizándose con los que no son tan afortunados, hasta que nos escuchen. Paralizar el país. Aunque tengamos que pasar hambre y otras penurias, pero ellos también acabarían por sentirse afectados y no tendrían más remedio que cambiar de rumbo, atender nuestras necesidades reales y palpables, que no es ni más ni menos que ejercer su trabajo para el que fueron elegidos.
(c) Miguel Je

lunes, 3 de diciembre de 2012

ALEGRÍA DE VIVIR





Sólo a un loco o a un genio se le puede ocurrir titular una canción tan triste «La Alegría de Vivir».

19 de Agosto del 2012
Desde hoy tengo 48 años. ¡Cuarenta y ocho! De repente fui consciente, mis manos asían con fuerza el mango de un artilugio rudimentario, muy antiguo pero a la vez tremendamente efectivo para limpiar la vieja moqueta de nuestro recientemente adoptado dormitorio en la preciosa casa heredada en otra ciudad, en otro país. Disfruto desde siempre de todo lo que hago, por más insignificante que sea o absolutamente intranscendente. Soy así, siempre lo he sido y doy gracias por seguir siéndolo a mis recién estrenados 48 años. Mi viejo iMac blanco amenizaba mi labor doméstica con la música de mi biblioteca iTunes, la banda sonora de toda mi vida. Las canciones me han acompañado desde muy niño, se lo debo a mi padre, a mi madre que de joven cantaba cada día y a mi tía Herminia que toda ella era música y armonía. No podría por tanto vivir sin música, sería como vivir en blanco y negro.
Pues... No prestaba atención al estar concentrado en dejar la moqueta perfecta, cuando de repente unas notas de piano acompañadas de unos acordes de guitarra española me paralizaron, y mi cuerpo se estremeció. El mundo se paró por un instante, mi reflejo en el viejo espejo del armario se fue nublando porque de mis ojos empezaron a caer lágrimas sin fin. Ray Heredia empezó a recitar y yo con él con una voz rota que me salía de las entrañas: «Esto va dedicado a todas las mujeres bellas de la vida que viven nuestras historias, nuestros momentos y nuestros lamentos». Entonces empezamos a cantar: «El infierno de tu gloria ha pasao por mí, ahora siento y pienso adentro: alegría de vivir» y yo no pude más pero él siguió: «…Alegría de vivir, cuando estás cerca de mí…». Yo lloraba cada segundo con más intensidad. Esta canción para mí significa mucho, me trae demasiados recuerdos y muchos sentimientos, sentimientos duros.
Este es un cumpleaños diferente, esta vez no estaba pendiente del teléfono, de hecho aquí no me hace falta y cuando necesito llamar todavía quedan cabinas públicas. Nadie iba a sorprenderme si no estaba a mi lado, y por primera vez en muchísimos años no tenía que esperar una llamada que nunca llegaría. A mi madre aún le gustaba menos hablar por teléfono que a mí, pero luego en la intimidad disfrutaba de la conversación, como yo. Hoy ya me han felicitado los dos, de ambos me acordé al despertarme porque había soñado con ellos y mirando en mi interior descubrí los regalos. Estaba tranquilo, sereno, feliz, acompañado por mi ángel (mi amor), sin prisa, sin preocupaciones… Tenía lo que siempre había soñado. Ahora que ya no están me siento más unido a ellos. Les siento presentes. Hablan por mis pensamientos. Los veo alegres, incluso orgullosos de mi vida y más de lo que estoy haciendo. A veces me miro en el espejo y le veo a él… Y me sonríe. Por eso cuando me vi en el espejo del armario, agarrado al mango del «limpiamoquetas» lloré. Lloré porque le vi a él feliz bailando al tiempo que limpiaba. A mi padre le he visto reír y bailar bastantes veces pero hace muchísimos años. No tuvieron una vida fácil, pero realmente todo lo hicieron por nosotros, sus hijos. Cumplieron su objetivo y se marcharon, no fuera a ser que nos dieran demasiado trabajo. Lloré, no de tristeza, la canción de Ray Heredia me llevó a ese punto concreto de sentimentalidad para poder ver y ser consciente de mi estado, de mi realidad. Lo que vi me enterneció, fue como si en cuestión de segundos mi vida se proyectara como una diapositiva, y lo que se ve transmite equilibrio, incluso belleza… ¡Aprobación! Esta sensación fue lo que me desencadenó el llanto.
Llanto por tener alegría de vivir, lloro por sentirme plenamente feliz. Satisfecho de haber dado un giro a mi vida, tranquilo por esta mudanza.
(c) Miguel Je