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domingo, 31 de marzo de 2013

BUSCAS, PERSIGUES Y ENCUENTRAS (6)


«Nada es bueno ni malo, el pensar lo hace así.»
WILLIAM SHAKESPEARE (1564-1616)

SECUENCIA 12

EN EL RINCÓN DE LOS ARCÁNGELES CON VISTAS AL RETIRO
La luz del amanecer entraba por los tres grandes ventanales del apartamento que miraban a la parte norte del parque del retiro, yo me senté en el sillón, mirando al este, Rafa me miraba a mí pensativo, tenía esa mirada como de querer preguntarme algo pero no acababa de decidirse. No había pasado un Ángel, habían pasado cientos. Su telón de fondo, retrato pintado por Manolo Quejido, se estaba iluminando lentamente, ante mi tenía al modelo delante de una pintura que me decía más de lo que quería saber, no quería que amaneciera pero era inevitable. Ninguno de los dos se atrevía a romper un silencio que en absoluto me resultaba incómodo, pero Rafa sí lo estaba, cambiaba de postura pero sin dejar de mirarme, la música se había parado hacía ya un buen rato, iba a ser uno de eso maravillosos amaneceres madrileños, los coches empezaban a llenar la avenida, yo cerré los ojos y seguía viendo la pintura, seguía viendo sus ojos y todos esos hombres abrazados detrás de su imagen…
—¿Tienes sueño? Voy a ponerte una maravillosa canción… ¿Te gusta la ópera? Me dijo en voz casi susurrante mientras se levantaba sin esperar mi respuesta…
—Me gusta Maria Callas… y me gustas tú… Dije casi para mí, pero me oyó…
Se asomó por un ventanuco desde la cocina que yo no había visto antes y me asustó cuando oí su voz susurrante decirme que me quería, quizás por ver mi expresión de asombro dijo ya en tono normal:
—¡Un poquito! 
Quizás porque se sentía amparado al hablarme desde otra estancia se atrevió a decirme aquello que le estaba rondando desde hacía tiempo por su cabeza…
—Toma, hazte una pipa!!! Alargando la mano me entregó un pequeño bote de «transilium» y la pipa, yo miré el bote sorprendido…
—¡¡¡Tiene «maría»!!! Y se quedó con los brazos cruzados sobre la minúscula barra mirándome.
—¿Qué?
—¿Puedo hacerte una pregunta?
—Hazla!!! Que sepa contestarla ya no te lo puedo afirmar… Y soltó por fin la gran pregunta qué me habían hecho tantas veces:
—¿Por qué un chico tan atractivo, con una inteligencia que te sale por todos los poros, con una carrera, exquisitamente educado y encantador, puede ser tan fresco como para hacer la carrera por las calles? 
La verdad nunca me lo habían preguntado, nunca con tanto tacto ni con tanta ternura, aun así contesté lo de siempre, más chulo que un ocho, pero muy serio:
—Todo lo que ayer hice por amor hoy lo hago por dinero.
Se quedó pensativo, sonrió luego y me dijo:
— Esa frase la he oído antes!!!
— Sí, en una canción de ese disco que has puesto antes, es una letra escrita por Carlos, pero esa frase es mía. Ahora voy hacerte yo otra pregunta…
—Espera que ponga a la Callas… Y volvió. Mientras yo me dejé ir por el cielo resplandeciente de un Madrid ya despierto. Se acercó a mí y me besó en el cuello inclinándose tras el sillón,  yo me levanté y le abracé. Nuestros cuerpos quedaron pegados, sentí su erección y el sintió la mía, entonces María empezó a cantar, ahora sí que la estancia se había llenado de Ángeles. Fue un beso eterno adornado por una maravillosa canción que aún hoy, aún ahora que la escucho mientras escribo me hace llorar de emoción: «Mon coeur s'ouvre a ta voix». Esa canción se enlazó con el «Ave María de Bach», y entonces supe que el paraíso está aquí, en la Tierra.
—¿Qué querías preguntarme?
—No me acuerdo!!! Mentía, sí que lo sabía. Quizás mañana lo recuerde…
—¿Te hace un baño antes de acostarnos? Dijo Rafa, ya disponiéndose a prepararlo antes de que Antonio tuviera ni tiempo a contestarle.
—Con mucha espuma y unas gotas de tu esencia, ¿puede ser «my darling»?. Y se rió como ese perro de dibujos animados cuando ha hecho alguna de las suyas.
(Continuará…)

©Miguel Je 2013



sábado, 30 de marzo de 2013

BUSCAS, PERSIGUES Y ENCUENTRAS (5)



«Es indudable que el conocimiento es una cerradura y que la pregunta es la llave.»
Jafar Al-Sadig (702-765) Lider espiritual islamista

SECUENCIA 11


EN LA COCINA

Todavía alucinado, nervioso y quizás también emocionado logro a decir que le había conocido por una foto que tenía Segundo, bueno su padre.
—¿Te gustaría volver a verla? Rafa se había quedado serio y un tanto ausente… Me miró asombrado con sus ojos ahora cristalinos de sumisión. ¡Esa foto! Dije yo también con tono sumiso y con media sonrisa. ¡La llevo siempre en la cartera! Mira!!! Sacando la cartera negra del bolsillo trasero izquierdo del vaquero…
—¡Preciosa cartera «Louise Vuitton»! Tienes unos complementos extraordinarios!!! Inviertes muy bien el dinero que ganas!!!
—¡Ni muerto me gastaría cincuenta mil pesetas en una cartera! Pero si hay alguien a quien quiero, que lo hace por mí, lo acepto, y si me gusta la utilizo… ¡Mira, aquí está! La miré con ternura antes de entregársela…
—Ohhhh Darling!!! Efectivamente es ésta!!! La observó callado durante más de un minuto antes de exclamar: —¡Tu padre siempre tan elegante! ¿Qué es de él?…
—Se ha jubilado hace unos años, ha vuelto con mi madre a Málaga, no nos hablamos, así que desde que ha vuelto de Londres no puedo contarte mucho, sólo sé por una vecina que sigue viéndose con su novio inglés, Derik, él viene a verle y mi padre va a Londres una vez al año. No me gusta hablar de ésto, me trae recuerdos dolorosos… Tuve una pelea con él por culpa de su novio y él no fue capaz de pedirme perdón personalmente, lo hizo a través de mi madre y no me pareció suficiente y me fui de casa, acabé el curso y me fui a Granada con mi novia a continuar la carrera, la de Biología… Jejejejeje !!! Y suspiré.
—Venga hazte otras rayas, pero esta vez como vías de tren, no seas rácano!!! Yo serviré otros chupitos…
El disco se había terminado hacía un buen rato. Necesito siempre banda sonora para mi vida, la música hace que me desenvuelva mejor. Siempre me tomé la vida como una película y no me gustan las pelis mudas. Necesitaba algo que me estimulara, algo que me hiciera bailar y cantar… Me gustaba eso del molinillo, era con un moledor de pimienta en miniatura, lo hacías girar y nevaba sobre la bandejilla, estaba pensado no sé qué y la bandeja se cubrió, si fuera liliputiense podría esquiar en ella; ese pensamiento me hizo reír volviendo así a la realidad, cogí la foto que Rafa había dejado sobre la mesa, encima de la «Luna» (la revista),  cogí  la tarjeta de cobre de socio de Boccaccio y me hice con un poco de «nieve» y la deposité sobre la foto, empecé a agruparla haciendo una montañíta, busqué mi tubo de plata, regalo de Nacho, mi abogado, y me lo metí todo después de decir: «esfúmate y vuelve con satanás» y eché mi cabeza hacia atrás, sentí el sabor amargo de la coca en la garganta…

—Necesito música… ¿Tienes algo de Dinarama?
—«Off course, Darling!!!» Tengo algo que te gustará, está calentito, es una primicia, todavía no ha salido a la venta. Uno de ellos y yo somos somos íntimos, vino a traérmelo la semana pasada y cenamos en casa… Dijo mientras volvía al salón…
—Veo que tenemos más en común de lo que podía imaginarme…
—Escucha, está es la canción que más me gusta… Hablaba desde el salón, yo no me moví de donde estaba, estaba haciendo otro montoncito para el «Darling»… Sonaron los primeros acorde de teclado de Nacho, y Rafa apareció en la puerta y empezó a actuar:
«Cuando quieras encontrarme no estaré
haces siempre lo que quieres y ya ves
tantos recuerdos duelen más 
que hay que olvidar
pero vienen bien
llorar por ti no es el final…
Yo me incorporé al show y continué la canción bailando y utilizando un cepillo de fregar la loza naranja que cogí del fregadero:
«Y estar sola por ahora
no esta mal
pero a quién voy a engañar
ya el amor no me interesa
sólo te aleja
 lo que digo y lo que pienso no es igual
porque todos mis amores salen mal…»

Rafa sorprendido se había parado, le miré llevaba una cucharilla de plata liliputiense con la que se rascaba la barbilla…
—¿Cómo es que te la sabes si no ha salido el LP, sólo el single y es mi «Mi novio es un zombie»?
—Yo también tengo «amigos», y estuvimos ayer de madrugada en casa de uno de ellos, Paco, le conoces? Y nos puso el disco toda la noche, salían para Alicante por la mañana, tenían un concierto de presentación del disco, cuando me desperté, ya por la tarde, no había nadie en casa… A los pies de la cama habían dejado el LP y una foto de con quien había dormido!!! No recuerdo cómo acabó la noche, no había bebido demasiado; no suelo excederme con nada. Creo que el de la foto me puso una pastilla... (Hice un esfuerzo por recordar algo más pero no se había fijado en mi memoria. No sería muy importante…) 

La canción seguía sonando cuando volví a la realidad. Rafa, que se había sentado a escucharme interesado, cogió con la cucharilla  un poco de coca de la bandeja y se la llevó a la nariz, esnifando profundamente…
—¡Qué buena! Tendré que regalarle un cuadro de Christian (Domecq) al embajador de Colombia!!! …Y?
—¿Y qué?
—¿Qué cómo es que eres amigo de Paco y Nacho?
—Porque Paco es compadre de otro de mis amantes, igual le conoces, Juan Bascuñana, es de Córdoba o de Granada, ahora dudo, no Córdoba, el caso es que le conocí en Granada una noche, pero vive aquí, es maestro en un colegio de niños con dificultades, compañero de la hermana de Christina
—Vaya, veo que no has perdido el tiempo. Y a quién más conoces de la movida???
—¡Qué, ahora esto es un interrogatorio!…
—Vamos canta!!! Dijo emocionado enfocándome un flexo «Vieta» a la cara mientras agarraba el mezcal… Yo cogí el mío y brindamos…
—¡¡¡Por ti, por mí y por todo lo que pueda pasar esta noche entre los dos!!! 

(Continurá…)

©Miguel Je 2013












jueves, 28 de marzo de 2013

BUSCAS, PERSIGUES Y ENCUENTRAS (4)



«She wasn't 2 bright
But I could tell when she kissed me
She knew how 2 get her kicks»
PRINCE Raspberry Beret

SECUENCIAS 9 y 10

EN LA COCINA. 
Frente a frente sentados, cada uno en sendos silloncitos, de estilo inglés, arrimados a la pared de hormigón visto. Sobre la pequeña mesa redonda de madera de ébano hay la botella de mezcal, dos vasitos de chupito vacíos, el molinillo con la piedra de cocaína, una bandejita de plata redonda, dos copas con agua, un limón cortado por la mitad sobre un tabla de cocina de plástico transparente, un cuchillo de plata con el mango repujado (en la base del mango una concha por ambos lados), el tubo de un boli «Bic» transparente, un Dupont de oro, una cajetilla de Marlboro y un ejemplar de la revista «la Luna de Madrid» (el ejemplar 17, como portada un dibujo de Ceseppe de un deportivo rojo adelantando un utilitario azul en una carretera que bordea la costa).

—¡Darling, ve haciendo dos «lineas» mientras yo voy a por un poco de «maría» buenísima que tienes que probar…! Dijo Rafa exageradamente eufórico y nervioso  a la vez que se incorporaba.
—¡Shit! Otra vez!!! ¿No te importa que te llame «Darling», verdad Darling? Dice ahora riendo un poco alocada, mientras se me acerca y en un ataque de ternura agachándose me muerde suavemente mi polla ya dura por encima del vaquero… Levanta la cabeza y me pregunta si llevo slip a lo que le respondo que casi nunca...
—Me gusta ir a pelo y sobretodo si he salido a ligar como hoy!!!
—¡Eres un fresco! Dijo pícaramente levantándose. Ya saliendo de la cocina me pregunta que canción quiero escuchar.
—«This Charming man», ¿La tienes? Dije pensando que no tendría ni idea de quien era. Me equivoqué, antes de acabar de hacerme las rayas ya sonaban los primeros acordes de la guitarra eléctrica de Johnny Marr. Apareció pizpireto con camiseta blanca de algodón egipcio y calzoncillo azul celeste y descalzo.
—Adoro a los Smiths…!!! ¿Has terminado, ya? ¡Son muy chicas, don`n you think!
—Si te pasas no vale!!!
—Dijo Eusebio Poncela en Arrebato de Iván Zulueta, sentenció él.
—Me encanta esa película, la he visto tres veces. Dije mientras me sacaba el tubo de plata del bolsillo de mi camisa de Montesinos y se lo pasaba. Entre esnifada y esnifada me dice que llevo una camisa monísima.…
—La llevó Banderas en «La blanca paloma», era del rodaje, sabes? Me la regaló mi peluquero-amante-amigo que trabajó en esa película. Por cierto me regaló el otro día unos calzoncillos preciosos, blancos de corazones rojos, y este pañuelo… (tocándome el pañuelo que llevaba al cuello, de cow-boy, antes de meterme el tirito). Levanté la cabeza y descubrí que me observaba pensativo…
—¿Qué piensas?
—You are a charming man. Sonreí y le aguanté la mirada, sus ojos azul oscuro me gustaban mucho. Eran juguetones, jóvenes, alegres. Tenía una mirada limpia, ingenua, diría que infantil y maravillosamente tierna. ¡Dios, y si me estaba enamorando!
—Ahora te pregunto yo en que piensas…Volví a mirarle y sonreí.
—No te lo digo, en el fondo soy muy tímido, quizás mañana si te portas bien. ¿Dónde hay un cenicero? 
—En el primer cajón tengo unos cuantos. Me dijo señalando un mueble de cajones. Me levanté y abrí el cajón y, efectivamente estaba repleto de ceniceros; mis ojos se fijaron en uno de cristal verde oliva con el grabado en oro de la carroza de la reina Isabel de Inglaterra y unas letras que ponían: «The Fairmile». Lo cogí conmocionado… Me giré hacia él y le pregunté sí había estado alguna vez en ese hotel de Londres…
—¿Y tú, cómo sabes que es de un hotel? 
—Lo sé, lo conozco…
—Cuando acabé derecho me fui a estudiar inglés y trabajé allí en la cocina. Hace mucho de eso, tenía 23 años, ohhhhhh…!!! Me has hecho recordar a mi primer amor, un gitanazo, así como tú de guapo… Realmente te pareces mucho… Antonio!!! La frente, las cejas, las manos, los mismos ojos verdes…
—¿Se llamaba Segundo y era sastre?
—Tú eres Antoñito!!!
—Sí, soy su hijo.

(Continuará…)

©Miguel Je 2013