¿Se puede permitir en un país, supuestamente en crisis, como España, que una Sociedad deportiva barcelonesa malgaste noventa y cinco millones de euros en contratar a un jugador de fútbol como Neymar?
Si esto es así, como realmente aparece desvelado en prensa nacional esta mañana, ¿qué legitimidad o garantía nos ofrece un gobierno que, basándose en una representación de mayorías absolutas, nos tiene ahogados y malviviendo a cada vez más españoles?
Un fuerte contraste que nos obliga, con responsabilidad, a plantearnos la incomprensibilidad de las políticas económicas suicidas desarrolladas, hasta ahora, con fórmulas de un gobierno que obedecen a ideologías egoístas, respondiendo más a intereses muy concretos, que llevan a subvertir el equilibrio que debería imperar en una sociedad justa donde, al ser los recursos cada vez más escasos y difíciles de allegar, la equidad y la redistribución de la riqueza obliga a que sea ésta la prioridad para cualquier gobernante que se precie de tal. Lo contrario, tal como está ocurriendo, es una ESTAFA y un atentado a lo que nos merecemos los españoles hartos de un sacrificio impuesto que vamos descubriendo, ¡ya de sobra!, a quienes está beneficiando.
(c) Manuel Guzmán 2014
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