Concibiendo a un país, que se precie de tal, como una colmena y tratando de aplicar este símil a España, nos sorprenderemos al comprobar que, nuestra colmena, está bastante desorganizada y llena de zánganos de tal manera que, todo el producto del conjunto, se lo beneficia este zanganil colectivo, menos numeroso y, de momento, inmune a la lógica reacción, en su contra, de una mayoría productiva y obrera que ve cómo, las plusvalías generadas por su trabajo y sudor, no les aprovechan en absoluto.
Tengo serias sospechas de que cuando, en España, se escribe tanto en la prensa sobre productividad y competitividad que, los esbirros del gran capital se refieran en sus medios de comunicación adocenados, no a la colmena organizada y productiva que España debería ser sino, más bien, a otra en la que, en vez de ser todo ordenado y conforme a lógica productiva, por el contrario y por arte y gracia de un auténtico Golpe de Estado, bien urdido en la sombra por estos zánganos embriagados, toda la rica miel producida en un colectivo esfuerzo obrero, ha ido a parar, íntegramente, a sus insaciables bocas en contra de lo que en toda sociedad equitativa, libre y justa debería ocurrir.
No hace falta que me extienda demasiado para explicar qué es lo que hacen las abejas en las colmenas con los zánganos improductivos: se deshacen de ellos sin contemplaciones. Por este motivo es fácil comprender el símil de la colmena y España pues es sabido ¡de sobra ya! que, el gran capital español, es improductivo para la colectividad y que ha sido, por su especulador y criminal egoísmo, incapaz de generar riqueza en nuestro país, demostrado sin límites y que ha exigido de los españoles cantidades ingentes de recursos, para enderezar los entuertos de sus manipuladoras maniobras de increíbles especulaciones, a las que se resisten a hacer frente con las ingentes riquezas sacadas, en buena parte, de este país desgraciado, llamado España, a paraísos fiscales donde tienen a buen recaudo sus rapiñas, cuando tanta falta están haciendo aquí y ahora, exigiendo al gobierno títere del calzonazos del Rajoy, que les exima, ¡encima! de impuestos y nos los saque a los más desfavorecidos, con la neoesclavitud de un trabajo sin remuneración justa y fritos a impuestos que, ellos, tan rica y descaradamente, han eludido en contra de sus correligionarios del mundo, que se han ofrecido voluntariamente a que se los suban.
Me pregunto ¿hasta cuándo se va a poder seguir perpetrando tamaña injusticia social y económica?
porque esta acción, mal llamada de gobierno, está resultando una auténtica provocación a las clases obreras y asalariadas de este país por unos dirigentes, aupados por los poderosos, miopes y formando parte de la más absurda organización de zánganos conocida que debe ser sometida, sin pérdida de mucho más tiempo, a un severo castigo, ya que no están produciendo más que pobreza y más miseria en los que ya, de por sí, somos pobres tratando de reprimir con brutalidad en la calle una protesta y el despertar de las dormidas conciencias de los españoles, que vamos sintiendo y viendo la falacia de una democracia de diseño para ricos, traída de la mano de un Dictador, para que, éstos, lo sigan siendo a perpetuidad. Acaparando, en una supuesta Constitución, hecha por ellos, todos los derechos para sin que a la mayoría del noble pueblo español, le correspondan ni las migajas. Esto no puede seguir ocurriendo por mucho más tiempo porque alguien se está equivocando y...¡mucho!, al no querer reconocer que los españoles del 76 no pueden, bajo ningún concepto, ser los mismos que los que pretenden vivir en pleno siglo XXI.
Si echamos de España tanta indignidad de clases aprovechadas sin escrúpulos, zánganos auténticos, habremos logrado el objetivo de sacar a nuestro país de la crisis, producida por la falta de equidad y justicia de estos improductivos ricachones insolidarios.
(c)Manuel Guzmán
Si echamos de España tanta indignidad de clases aprovechadas sin escrúpulos, zánganos auténticos, habremos logrado el objetivo de sacar a nuestro país de la crisis, producida por la falta de equidad y justicia de estos improductivos ricachones insolidarios.
(c)Manuel Guzmán
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